Cualquiera que piense en Satán como malo
debería tener en cuenta todos los hombres, mujeres,
niños y animales que han muerto porque ello era
Voluntad de Dios. Con toda seguridad, una persona
que lamente la pérdida inoportuna de un ser querido
¡preferiría mil veces tenerla otra vez junto a sí que en
las manos de Dios! En cambio, son consolados
melosamente por el clérigo de turno que dice Fue la
voluntad de Dios, hija mía; o Ahora descansa en las
manos de Dios, hijo mío. Tales frases han sido una
manera conveniente que los religiosos han utilizado
para justificar o excusar la impiedad de Dios. Pero si
Dios está al mando y es tan benévolo como se supone
que es, ¿por qué permite que pasen estas cosas?
Durante mucho tiempo los religiosos se han
abalanzado sobre sus biblias y reglamentos para
probar o refutar, justificar, condenar o interpretar.
El Satanista se da cuenta que el hombre, y la
acción y reacción del Universo, son responsables de
todo lo que ocurre, y no se engaña creyendo que a
alguien le importa. ¡Ya no nos quedaremos sentados y
aceptaremos el destino sin hacer algo al respecto,
sólo porque así lo dice en el Capítulo tal y cual,
Salmo así y asá, y baste con eso! El Satanista sabe
que el rezar no ayudará mucho de hecho,
disminuye las posibilidades de éxito, ya que lo que
suelen hacer las personas devotas es sentarse
complacidamente y rezar por una situación que, si
hicieran algo, la resolverían mucho más rápido!
El Satanista rehuye términos como esperanza y
oración ya que son indicio de aprehensión. Si
esperamos y rezamos para que suceda algo, no
actuaremos en una forma positiva para hacer que
suceda! El Satanista, dándose cuenta que cualquier
cosa que consiga es gracias a sus propios actos, toma
control de la situación en lugar de rezarle a Dios para
que ello suceda. El pensamiento positivo y la acción
positiva añaden los resultados.
Así como el Satanista no reza para pedir la ayuda
de Dios, tampoco le reza para que lo perdone por sus
propios errores. En otras religiones, cuando uno hace
mal, va y se le reza a Dios, o se confiesa a un
intermediario y le pide que ore a Dios para que le
perdone por sus pecados. El Satanista sabe que si la
oración es de ningún provecho, el confesarse ante otro
ser humano como él mismo, es menos provechoso y
es por demás, degradante.
Cuando un Satanista comete un error, se da cuenta
que cometer errores es algo natural y si se siente
mal por lo que ha hecho, aprenderá de ello y se
cuidará de no hacer lo mismo de nuevo. Si no se
siente mal por lo que ha hecho, y sabe que hará lo
mismo una y otra vez, no tiene por que ir a
confesarse, mucho menos pedir perdón. Pero esto es
exactamente lo que sucede. La gente confiesa sus
pecados para que puedan limpiar sus conciencias y
tener la libertad de seguir pecando una y otra vez,
casi siempre cometiendo el mismo pecado.
Hay tantas definiciones de Dios, en el sentido
acostumbrado de la palabra, como tipos de personas.
Las imágenes van desde la creencia en un dios que es
más bien una idea algo vaga, una especie de mente
cósmica universal, hasta una deidad antropomórfica
con una larga barba blanca y sandalias que sigue con
atención todas las acciones de cada individuo.
Aún dentro de los confines de una religión dada,
las interpretaciones personales de Dios difieren
enormemente. Algunas religiones van hasta el punto
de etiquetar a alguien que pertenece a una secta
religiosa que no sea la de ellos, tildándolo de hereje,
aunque las doctrinas generales e impresiones que se
tienen de la divinidad sean bastante parecidas. Por
ejemplo, los Católicos creen que los Protestantes
están condenados al Infierno simplemente porque no
pertenecen a la Iglesia Católica. De igual manera,
muchos grupos que se han separado de la fe
Cristiana, como las iglesias evangélicas o
revivalistas, creen que los Católicos son paganos que
adoran imágenes. (Cristo es representado en una
imagen que sea físicamente más parecida al individuo
que lo esté adorando, y sin embargo los Cristianos
critican a los ’paganos’ por adorar imágenes
labradas.) Y a los Judíos siempre se les ha
identificado con el Diablo.
Si bien en todas estas religiones el dios es
básicamente el mismo, cada una se refiere al camino
elegido por las otras como reprochable, y para colmo
de males, cada uno de sus miembros REZA por los de
las demás. Tienen desprecio por sus hermanos en la
fe solo porque sus religiones portan distintas
etiquetas, y tienen que liberar esa animosidad de
alguna manera. Qué mejor forma de hacerlo, en vez
de “orar”! Qué manera tan ridículamente cortés de
decir “te odio”; tal es el apenas disimulado recurso
conocido como "orar por tu enemigo"! Rezar por el
propio enemigo no es más que rabia disfrazada y
reprimida, y decididamente de una calidad bastante
rastrera e inferior!
Si ha habido una discrepancia tan violenta en
cuanto a la manera apropiada de adorar a Dios,
¿cuántas interpretaciones de Dios puede haber y
quién tiene la razón?
Todos los devotos a las religiones de luz blanca
se ocupan de complacer a su Dios para que, al morir,
puedan tener abiertas para sí las Puertas Perladas.
Sin embargo, si un hombre no ha vivido su vida
según los reglamentos de su fe, puede, a último
minuto, llamar un clérigo a su lecho de muerte para la
absolución final. El sacerdote, pastor o ministro irá
corriendo entonces, para que haga las paces con
Dios, y para cerciorarse de que el pasaporte para el
Reino Celestial esté en toda regla. (Los Yezidis, una
secta musulmana de adoradores del Diablo, adoptan
un punto de vista muy distinto. Creen que Dios es
todopoderoso, pero que también lo perdona todo, y
que su misericordia es infinita, y por ende, creen que
es al Diablo al que deben complacer, ya que es el que
rige sus vidas mientras estén aquí en la Tierra. Creen
tan firmemente que Dios perdonará todos sus pecados
una vez que se les den los últimos ritos, que no
sienten necesidad alguna de preocuparse con la
opinión que de ellos tenga Dios mientras viven).
Con todas las contradicciones en las escrituras
Cristianas, hoy en día mucha gente no acepta
racionalmente el Cristianismo de la manera en que ha
sido practicado en el pasado. Un gran número de
personas está comenzando a dudar de la existencia de
Dios, en el sentido establecido de la palabra. Algunos
hasta han comenzado a llamarse Cristianos Ateos.
En verdad, la Biblia Cristiana es un montón de
contradicciones; pero ¿qué podría ser más
contradictorio que el término Ateo Cristiano?
Si los mismos líderes prominentes de la fe
Cristiana están rechazando las interpretaciones
anteriores de Dios, ¿cómo puede esperarse que sus
seguidores se adhieran a tradiciones religiosas del
pasado?
Con todos los debates acerca de si Dios ha muerto
o no, si no lo está, ¡mejor que vaya a CUIDADOS INTENSIVOS!
(FRAGMENTO TOMADO DE LA BIBLIA SATANICA DE ANTON SZANDOR LAVEY)